Porque nos cansamos de presentar notas a funcionarios, Intendentes y Concejales describiendo durante años los problemas que tenía y tiene el barrio Universitario con las cloacas y agua producto de la construcción indiscriminada.
Porque los funcionarios nos tomaron el tiempo ya que siempre fuimos a peticionar de manera civilizada y porque inocentes esperamos respuestas que trataran de mitigar el problema y diera solución al conflicto creado entre constructoras y vecinos.
Porque funcionarios; Intendentes y muchos Concejales tomaron partida y se pusieron del lado de las constructoras, invocando el justo derecho al trabajo que da la industria de la contrucción; cuando en realidad se le daba todos los beneficios a inversores, constructoras para que dentro de un marco regulatorio armado especialmente, hicieran su negocio, no importando que la calidad de vida en ese sector se fuera degradando constantemente.
Porque cuando llegaron las elecciones de octubre de 2007, las protestas de un grupo de vecinos encabezados por ANA LLORET, CLAUDIO HARRINGTON, MARÍA CRISTINA MADALA y otros pocos se hicieron sentir y el Intendente que estaba en funciones se asustó –porque se aproximaban las elecciones municipales y él estaba postulado al mismo cargo- delegó en sus funcionarios de la Secretaría de Obras públicas elaborar una ordenanza de transición, durante la cual se prohibía la construcción por 90 días en el sector del barrio Universitario, parte del sector Céntrico y parte del Barrio Napostá. Dicha ordenanza era la 14.563 denominada “Corralito Urbano”.
Porque en marzo de 2008, los vecinos empezamos a desayunarnos sobre los alcances y restricciones de dicha ordenanza y de nuevo la trampa. En el texto se reconoce implícitamente los problemas del barrio Universitario, y se lo protege integradamente, reconoce también los problemas del sector céntrico y actúa en consecuencia. En cuanto al barrio Napostá, protegieron un sector (ver croquis) que no necesitaban hacerlo. Aquí estaba el engaño, no se protegió el corazón del barrio Napostá. Porqué no se hizo? Porque se necesitaba que las constructoras “amigas” continuaran haciendo negocio.
Porque nos dimos cuenta que el negocio era hacer viviendas para estudiantes de la UNS y al estar prohibido en el propio barrio Universitario, lo trasladaron al barrio Napostá. Un dato fue relevante: 50 % de la construcción en Bahía Blanca entre el 2003-2007 estaba dado en ese sector.
Porque la ordenanza en cuestión fue un mamarracho que perjudicaba a todos –vecinos e industria de la construcción-, pero con la suficiente inteligencia para proteger negocios privados. Un párrafo aparte merecen los Concejales de Bahía Blanca; salvo honrosas excepciones, el resto es de una mediocridad intelectual supina. Quedando demostrado que una gran parte de ellos nunca supo lo que votaba.
Porque para salir de dicha ordenanza, la misma gente que elucubró la anterior creó otra peor, la 14.708, si bien sacó del mercado muchos terrenos chicos, agregando un articulado -14- que exige los certificados de disponibilidad de servicios otorgado por las prestadoras de servicios públicos para nuevas obras de viviendas multifamiliares, puso al partido de Bahía Blanca en un Corralón. No entendieron que los problemas con los servicios de agua y cloacas se dan en sectores puntuales, donde la construcción desbordó los límites razonables.
Porque en el mes de Julio de 2008 descubrimos por casualidad que desde la secretaría de Obras Públicas y Servicios Publicos de la municipalidad se siguió liberando expedientes de construcción, en clara violación a la ordenanza vigente. Cuando tomó estado público, se lo denominó .. ”las construcciones que saltaron el Corralito Urbano”.
Porque finalmente NO QUERÍAMOS que otra vez nos pasaran por arriba y que todo se diluyera en la diatriba que inescrupulosos funcionarios políticos municipales empezaban a esgrimir, queriendo deslindar responsabilidades. Nos habíamos dado cuenta que empezábamos a escribir una historia nueva y distinta…