domingo, 20 de septiembre de 2009

Vecinos de la calle SAN SALVADOR al 200 se movilizaron por una construcción. Te acordas PIETRACATELLA cuando decías que en tu barrio estaba todo bien!



Piden que se lleve a cabo un estudio de impacto ambiental


Vecinos de calle San Salvador al 200 plantearon al municipio que exija a quienes pretendan realizar edificios en altura en ese sector del barrio Napostá, la presentación de un estudio de impacto ambiental. También pidieron la entrada en vigencia a la brevedad el nuevo Código de Planeamiento Urbano (CPU), actualmente en estudio, que impediría la realización de este tipo de obras.

Estas inquietudes fueron manifestadas ayer por Inés Mormeneo, Alfredo Berneti, Adolfo Mastandrea y Raúl Colli, habitantes de la cuadra mencionada, al secretario de Obras y Servicios Públicos, Rubén Valerio, como consecuencia de la inminente construcción de una vivienda multifamiliar de planta baja y tres pisos, con 19 departamentos, en un lote donde la semana anterior fuera demolida la vivienda allí emplazada.

Al respecto, el funcionario destacó que el proyecto, que todavía no está aprobado por falta de entrega de alguna documentación, se encuadra dentro de la normativa vigente. "La obra cumple con el CPU en lo referente a la densidad, el ancho de la calle y la cantidad de cocheras. Pero los vecinos van a hacer una presentación por temas que consideran no se han tenido en cuenta, no sólo para este edificio sino para todo el barrio", señaló Valerio.

La queja de los habitantes de la cuadra es similar, incluso en sus argumentos y formas, a las que se vienen manifestando en los barrios Universitario y Napostá desde hace una década, con la aparición de viviendas multifamiliares que vinieron a modificar, al decir de los vecinos, el perfil residencial de estos espacios. Las protestas comenzaron a través de las sociedades de fomento, desde donde se impuso la denominación de "palomares" o "conejeras" a esta tipología edilicia, y derivó en numerosas reuniones entre entidades, vecinos y representantes del Ejecutivo y del Legislativo.

Como consecuencia de este accionar, los vecinos ocuparon la banca 25 del CD, lograron que se estableciera, entre diciembre de 2007 y febrero de 2008, una veda constructiva, denominada "corralito urbano", que derivó en la modificación parcial el CPU y la conformación de un grupo de trabajo que, actualmente, analiza la reformulación de esa normativa.

Nuevas voces, Inés Mormeneo se constituyó en vocera de la nueva situación planteada, sobre todo porque la obra cuestionada se construirá lindera a su vivienda. Luego del encuentro con Valerio, al que calificó como "ameno" y del que --aseguró-- quedó "muy conforme", explicó cuál será la estrategia a implementar. "Planteamos, por un lado, que quienes hagan estas construcciones presenten un estudio de impacto ambiental, de acuerdo con lo que indican las leyes vigentes, una práctica que aquí nunca se ha hecho.
Por otra parte, tenemos entendido que el nuevo CPU no va a permitir este tipo de edificios en calles angostas. Por eso vamos a pedir del CD para que ponga en vigencia, de manera inmediata, esa normativa, ya que se está reconociendo la inconveniencia de este tipo de obras", señaló. Mormeneo señaló, además, que el edificio que se pretende erigir es completamente "inadecuado" para la cuadra. "Es casi un conventillo, con departamentos pequeños pensados para estudiantes", agregó.

Por último, la vecina anticipó que, en la misma cuadra, ya se han presentado otros dos proyectos similares y hay una tercera propiedad en venta con posibilidades de tener ese destino. "Si esto no se frena ahora vamos a llegar tarde para evitar todo eso", finalizó.

"Es razonable no construir este tipo de edificios en una cortada"

Marcelo Lenzi es quien coordina la reforma del CPU, de la que participa junto a un grupo de profesionales del municipio, más el asesoramiento de los colegios profesionales de ingenieros, arquitectos, técnicos y agrimensores, y profesionales de la Universidad Nacional del Sur y de la Universidad Tecnológica Nacional.

Si bien se manifestó desde el inicio de su gestión contra toda prohibición respecto de que se puede o no construir dentro de la ciudad, Lenzi apunta a generar espacios con ventajas constructivas para que aparezcan este tipo de obras.

Sobre las quejas de los habitantes de calle San Salvador, el profesional reconoció que, si bien hoy se permite este tipo de construcciones, la norma a implementarse plantea desalentar ese tipo de construcciones."Tenemos planteadas reuniones vecinales las próximas semanas, precisamente para discutir estas cuestiones. Personalmente me parece razonable el criterio de que no aparezcan estos edificios en una cortada o en calles angostas. Pero hoy la normativa vigente lo permite", indicó.

En este punto recalcó que el criterio para el nuevo CPU no se refiere a "qué se puede o no hacer", sino "qué se pretende lograr para la ciudad".

"Nuestra idea es fomentar determinados sitios de constructividad, calles donde puedan aparecer estas obras sin afectar la calidad del barrio y con beneficios que las hagan ventajosas frente a otras calles. De esta manera, se puede preservar al menos el 50 por ciento del barrio Universitario", explicó.

Por último, Lenzi reconoció que los vecinos de calle San Salvador nunca se hicieron presentes en las muchas discusiones previas que hubo.

"Me parece bien que vengan y participen. Desde ya que vamos a incorporar y considerar sus opiniones", indicó.