jueves, 9 de julio de 2009

GALPÓN que deja una enseñanza



Editorial
-LNP 09-07-2007-

LA inminente demolición del galpón de cargas de la ex terminal de ómnibus San Francisco de Asís, confirmada por el propio intendente municipal, doctor Cristian Breitenstein, debiera servir al menos para recomponer la consideración que se tiene por la preservación del Patrimonio Arquitectónico del partido de Bahía Blanca.

EL JEFE comunal señaló, entre sus argumentos, que el reclamo proveniente de varias esferas por conservar este edificio de 400 metros cuadrados en condiciones de ser reutilizado, atento a su alto valor arquitectónico e histórico, es, cuanto menos, "extemporáneo", por cuanto el proyecto de la nueva terminal de ómnibus fue discutido y aprobado, en su momento, por el Concejo Deliberante.

PRECISAMENTE, la falta de adecuación del inventario patrimonial de nuestra ciudad, realizado en 1992, sin que desde entonces se trabajara más en el tema, impidió que, de acuerdo con los criterios hoy vigentes en la materia, la ex estación de trenes del ferrocarril Rosario-Puerto Belgrano fuese declarada patrimonio arquitectónico en su conjunto; esto es, el edificio principal, la zona de andenes y el mencionado galpón de cargas.

LA CONSIDERACION de los bienes patrimoniales urbanos, naturales y arquitectónicos ha evolucionado y modificado muchos de sus criterios, en las últimas décadas, pese a lo cual la ciudad poco ha hecho en la materia. Uno de los cambios más significativos es la decisión de considerar valiosos no únicamente edificios relevantes de manera individual, sino atendiendo a su entorno o asumiendo que forman parte de un conjunto.

UNA ESTACION de trenes, en particular, como era la del ferrocarril Rosario-Puerto Belgrano, se comprende desde el punto de vista funcional cuando se puede apreciar en cada uno de sus componentes. Salvaguardar esto significa entender la manera de funcionar de estos sitios. Por otra parte, la estación de la calle Brown tiene una característica única, pues fue la única de condición terminal, con sus vías perpendiculares al edificio principal, que existió en la ciudad.

CUANDO se realizó el proyecto de la nueva terminal de ómnibus, se disponía de terreno suficiente para definir su emplazamiento, dentro del mismo sector. Desplazarla unos pocos metros habría sido suficiente para evitar la demolición del galpón. Pero, en ese momento, ningún especialista sobre patrimonio fue consultado. Nadie en el proyecto tuvo en cuenta el valor integral del conjunto ferroviario.

SERIA interesante, por lo tanto, que la pérdida del galpón de cargas no fuera en vano. Que sirviera para jerarquizar el tema patrimonial en la ciudad, conformando un área de trabajo específica, con profesionales que pudieran actualizar el inventario, destinar un presupuesto razonable al cuidado de los bienes y realizar campañas de concientización y formación.

UNA DE las acepciones de la palabra patrimonio es que son los bienes que heredamos de nuestros padres. Llevado a la escala urbana y ciudadana, conforma el legado de quienes nos precedieron en la formación de la ciudad. Son los hitos que van sosteniendo su historia, explicando su evolución, apuntalando su identidad. Bahía Blanca ha perdido exponentes de gran valor, en las últimas décadas. Que cada ladrillo que caiga sirva, al menos, para despertar esa conciencia.