# Agradecemos el apoyo de la firma de los 1600 vecinos que comprendieron nuestras intervenciones en el espacio público y nuestro afán para que no sea demolido el galpón de encomiendas de la ex terminal de ómnibus.
# Agradecemos a la familia de vecinos que con sus hijos pintaron sus dibujos y palabras con nosotros en el vallado alrededor del galpón pidiendo un espacio para talleres.
# Agradecemos a quienes por e-mail preguntaban sobre cuándo se realizaban nuestras intervenciones, a quienes en sus páginas registraban las actividades que organizamos frente a la Municipalidad, como colgadas de galponcitos, el galpón gigante bajando por las escalinatas, las pintadas de la topadora pintada en el vallado, el cartel de “peligro demolición”, entre otras.
# Agradecemos a quien puso en mayordomía de la Municipalidad, el calco con la imagen del galpón “Espacio cultural- patrimonio bahiense”, solidarizándose con nuestro proyecto.
# Agradecemos a quien se encargó en el Concejo Deliberante de adelantar la hora de la banca 25 a las 9 hs. (nos había sido asignada para las 11 hs), ya que los medios de comunicación no pudieron llegar a tiempo para escucharnos y registrarnos en nuestro pedido de no demolición y tampoco pudieran estar presentes los que nos acompañarían desde la tribuna. Agradecemos el temor, la vergüenza, el qué dirán, la inflexibilidad ante la palabra del otro, la intolerancia a escuchar.
# Agradecemos a la Subsecretaría de Cultura de Bahía Blanca, que debería haber sido uno de los principales interlocutores de esta preocupación, que no comprendiera a tiempo que el galpón por el que pedimos no sólo corresponde a Secretaría de Obras Públicas sino que es además, historia de nuestra ciudad, espacio habitable, encuentro de vecinos, refugio de viajeros, talleres para distintas edades, festival musical, concurso de baile, cultura de los vecinos. Cultura para participantes y no para consumidores.
# Agradecemos a Obras Públicas de la Municipalidad de Bahía Blanca que reitere que la demolición es un hecho irreversible ya que se necesita demoler un galpón (construido en 1923, en donde hoy todavía se trabaja y que puede ser refaccionado), para hacer un estacionamiento para 30 coches.
# Agradecemos a todos aquellos que consideraron inútil a ese galpón y no se hacen responsables de la equivocación que cometen al dejar que se pierda parte de nuestra historia; un espacio (unos ladrillos que valen y podrían haber valido mucho más si se les daba la importancia que merecían) para darle prioridad a los vehículos que allí estarán estacionados.
# Agradecemos a la empresa de demolición que se apropiará de miles de kilos de hierro, mampostería, vidrios, chapas, adoquines, así como también de voces, discusiones, canciones, ferrocarril, ferroviarios, lana, encomiendas, compañeros, familias, inauguraciones y despedidas.
# Agradecemos que se considere prescindible una parte importante de nuestra historia: 1923 (cuando se inaugura el galpón), 1980 (pasa a ser galpón de encomiendas), 1993 (desguase de Ferrocarriles Argentinos), 2007 (proyecto de la nueva terminal), 2009 (año de su demolición), todos los años intermedios en los que cumplió su función… y 2028 (ya que el galpón también formará parte del Bicentenario de Bahía Blanca).
# Agradecemos que los funcionarios nos digan que el galpón no es bello, o estético cuando no existe un parámetro para belleza, ya que bello es una construcción cultural, producida en un determinado tiempo y espacio por una generación que nos precedió, construcción flexible a las distintas miradas, imposible de separarse de lo útil y necesario, de lo que nos afecta, de las múltiples posibilidades de uso, de quienes conviven con los objetos, de la memoria, de las potencialidades que no conocemos ya que se trata del futuro y de nuevas generaciones.
Pensamos, como docentes que nuestra tarea es trabajar por la concreción de un espacio público que posibilite participar, con ciudadanos cada vez más comprometidos con su lugar y sus comunidades, y autoridades pendientes de las necesidades y aspiraciones de los vecinos.
El campo del arte nutre de motivación así y tanto como la realidad. Desde su confluencia invitamos a reconocernos en problemáticas que nos conciernen a todos.