jueves, 28 de abril de 2011

El problema con las edificaciones NO son exclusivas de Universitario y Naposta. Será un problema de gestión Municipal?




SITIO HISTORICO EN LOS BARRIOS VILLA IRUPE Y LATINO
Demolición de una arcada

La demolición de la histórica arcada ubicada en calle Vieytes al 3100 generó la protesta de vecinos de los barrios Villa Irupé y Latino, quienes consideran que se trató de una verdadero "atentado" a la historia del lugar.

La demolición de la estructura, que fuera parte de una vieja estancia y verdadero hito urbano del sector, se realizó el último viernes, mediante maquinarias enviadas desde la delegación municipal Norte, a cargo de Eduardo Lino Bidondo.

El secretario de Obras Públicas y Servicios, ingeniero Rubén Valerio, informó a "La Nueva Provincia" que varios vecinos llamaron la semana anterior al 911, señalando que la estructura presentaba riesgo en su estabilidad luego de haber sido afectada por el choque de un ómnibus."Fue personal de Defensa Civil y profesionales nuestros, quienes se reunieron con miembros de la delegación municipal y algunos vecinos. Todos vieron que existía riesgo de caída y se tomó la decisión de tirarla", explicó el funcionario.

Valerio se sorprendió por la reacción posterior de los habitantes del sector, incluido Omar Berardi, titular de la Sociedad de Fomento de Villa Irupé, quienes realizaron manifestaciones públicas de su descontento por la decisión. "Berardi estaba con nosotros cuando hicimos la demolición", aseguró Valerio.

Esta aseveración fue desmentida por el fomentista, quien durante la mañana de ayer concurrió, acompañado por un grupo de vecinos, al Concejo Deliberante, donde fue recibido por el titular de ese cuerpo, Marcelo Ciccola, a quien le manifestó su consternación por lo ocurrido.

"El jueves me avisaron que iban a evaluar qué hacer porque la obra estaba dañada. Nunca más me llamaron para discutir la cuestión. Cuando me fueron a buscar la arcada ya estaba en el piso", aseguró Berardi a este diario. El hombre, ofuscado y dolido por la pérdida de lo que llamó "una reliquia del barrio", no dudó en definir la actitud municipal como "un atropello" y "un abuso de poder".

"Heridas leves". Las opiniones sobre el estado de la arcada luego de haber sido impactada por un ómnibus son variadas, aunque carecen de un fundamento técnico contundente. Para Mario Tejeda, titular de Defensa Civil, cuyo personal concurrió el jueves al lugar, la obra estaba fisurada "con lesiones leves". Aunque señaló que al día siguiente, viernes, hubo nuevos llamados al 911 dando cuenta de un agravamiento.

"Vimos que, efectivamente, las fisuras se habían ensanchado, por lo cual dimos cuenta al municipio para que evaluara la situación. Hasta ahí fue nuestra participación", explicó Tejeda. Un vecino que vive hace 30 años a pocos metros del lugar aseguró a este diario que el arco "no estaba para tirarlo". "Tenía una inclinación chiquita, pero muchas veces había tenido ese problema y nunca dejamos que la voltearan porque tenía una estructura fuerte. Pero ahora vinieron y la toparon, hasta los cimientos se llevaron", indicó.

Para Bidondo, el golpe del ómnibus había quebrado a la arcada "en tres partes" y los propios vecinos estaban preocupados por cómo se movía cada vez que pasaba un vehículo. "Antes de tocarlo pedí que vinieran los vecinos. Derribarlo fue una cuestión de sentido común", explicó. El funcionario aseguró comprender a la gente y ser respetuoso de su historia, aunque insistió en que "no tenía otra opción" que la demolición.

Para Berardi, por último, la obra se podría haber apuntalado, "como se hace con las casas cuando se fisuran", para luego considerar su arreglo. Refirió que la arcada era la antigua entrada a la estancia de Severo Márquez, parte de cuyo casco se mantiene de pie a unos 50 metros del lugar. Aseguró, por último, que la obra tenía más de cien años de existencia.

Bienes Patrimoniales

No es necesario que una obra tenga la declaratoria oficial de "bien patrimonial" para que le corresponda esa categoría. La arcada reunía todos los condimentos propios para merecer ese rango. Era referencia de quienes transitaban por la zona, era testimonio de la historia fundacional del lugar y servía como signo y símbolo del barrio. Si bien el mal está hecho, la reconstrucción no deja de ser una alternativa que debería confirmarse. Un acto de justicia y de respeto para una calle que se convirtió en una más, sin su singular presencia.