Comunicado de Prensa
Referencia: Demolición Galpón de la vieja estación de trenes Rosario Puerto Belgrano.
Vemos con mucha preocupación cómo se sigue destruyendo el patrimonio arquitectónico y cultural de nuestra ciudad. Pareciera que el gobierno municipal tiene un problema con la construcción y en especial aquella que es histórica, y representa la tradición de la ciudad.
Habría que preguntarse: ¿por qué mutilar sin ninguna razón dicho complejo histórico?; ¿por qué al momento de planificar la nueva terminal no se tuvo en cuenta dar a toda la edificación histórica un destino de utilidad social?; ¿por qué tanto desprecio por el patrimonio histórico que representa la etapa más importante de desarrollo industrial de nuestra ciudad?
Cualquier ciudad civilizada del mundo, sus gobernantes protegen éste tipo de arquitecturas urbanas y sus ciudadanos con sus asociaciones son generalmente los mejores guardianes a la hora de rescatarlas, recuperarlas y salvarlas. Nada más hay que bucear en internet para descubrir a ciudades como: Pisa, Ámsterdam, Berlín y nuestras San Nicolás, Rosario, La Plata y muchas otras que con celoso esfuerzo las protegen, porque saben que representan su pasado y son el mejor ejemplo para buscar el crecimiento presente y futuro.
En Bahía Blanca sucede todo lo contrario, a nuestros gobernantes no le interesa para nada la ciudad del pasado; esa Bahía Blanca que marcó a la región y trascendió en el país, esa próspera y gran localidad bahiense que supo marcar rumbos en hombres como Enrique Julio, Martínez Estrada y tantos otros. Esa Bahía Blanca se la quiere olvidar… como si fuera una mochila pesada difícil de asemejar, ya que carecen de cualidades intelectuales para entender y comprender lo acontecido hace mucho tiempo atrás. La mediocridad los invadió y hablan del futuro sin respetar el pasado y su significación.
Pero lo más preocupante es el silencio -que puede tomarse como complice- de la sociedad. ¿Que nos pasa que no defendemos los que une, junta y nos da identidad?. ¿No hay nada que decir, que proponer?, ¿no tienen nada que decir las asociaciones profesionales?, o es que solo callan, para no desafiar al estado municipal.
Vemos con mucha preocupación cómo se sigue destruyendo el patrimonio arquitectónico y cultural de nuestra ciudad. Pareciera que el gobierno municipal tiene un problema con la construcción y en especial aquella que es histórica, y representa la tradición de la ciudad.
Habría que preguntarse: ¿por qué mutilar sin ninguna razón dicho complejo histórico?; ¿por qué al momento de planificar la nueva terminal no se tuvo en cuenta dar a toda la edificación histórica un destino de utilidad social?; ¿por qué tanto desprecio por el patrimonio histórico que representa la etapa más importante de desarrollo industrial de nuestra ciudad?
Cualquier ciudad civilizada del mundo, sus gobernantes protegen éste tipo de arquitecturas urbanas y sus ciudadanos con sus asociaciones son generalmente los mejores guardianes a la hora de rescatarlas, recuperarlas y salvarlas. Nada más hay que bucear en internet para descubrir a ciudades como: Pisa, Ámsterdam, Berlín y nuestras San Nicolás, Rosario, La Plata y muchas otras que con celoso esfuerzo las protegen, porque saben que representan su pasado y son el mejor ejemplo para buscar el crecimiento presente y futuro.
En Bahía Blanca sucede todo lo contrario, a nuestros gobernantes no le interesa para nada la ciudad del pasado; esa Bahía Blanca que marcó a la región y trascendió en el país, esa próspera y gran localidad bahiense que supo marcar rumbos en hombres como Enrique Julio, Martínez Estrada y tantos otros. Esa Bahía Blanca se la quiere olvidar… como si fuera una mochila pesada difícil de asemejar, ya que carecen de cualidades intelectuales para entender y comprender lo acontecido hace mucho tiempo atrás. La mediocridad los invadió y hablan del futuro sin respetar el pasado y su significación.
Pero lo más preocupante es el silencio -que puede tomarse como complice- de la sociedad. ¿Que nos pasa que no defendemos los que une, junta y nos da identidad?. ¿No hay nada que decir, que proponer?, ¿no tienen nada que decir las asociaciones profesionales?, o es que solo callan, para no desafiar al estado municipal.
Porque resignarnos a seguir perdiendo pedazos de nuestro patrimonio, como sucedió últimamente con el hotel Suizo, con el Bar Sol de Mayo, declarado construcción histórica y cultural en el 2001 y que por desidia y falta de control del gobierno municipal fue demolido!; porque nuestros gobernantes le dan rienda suelta a ciertos grupos empresarios que no respetan ordenanzas y se manejan con total impunidad en el ámbito municipal, con el tema de las construcciones como si fueran ciudadanos de primera, en dezmero del resto de los mortales bahienses!
Estamos orgullosos de nuestra historia y queremos que la vivan nuestros hijos y nietos para hacer una Bahía Blanca más grande y generosa para todos, por eso proponemos que dicha edificación sea destinada a fines culturales y sociales a través de alguna asociación que quiera hacerse cargo y cuya función principal sea ayudar a sacar chicos de la calle y alejarlos del alcohol y las drogas; o, como por sus dimensiones -500 metros cuadrados- se puede complementar con el establecimiento de un centro fijo de castración y recuperación de animales de la calles que seguramente las entidades proteccionistas colaborarán con sus medios.
Finalmente, un grupo de bahienses de buena cepa, orgullosos de la ciudad que heredamos de nuestros mayores, con sus aciertos y sus errores, les pedimos a la comunidad de Bahía Blanca que nos acompañe en éste reclamo al Intendente Municipal, Doctor Cristian Breitenstein, para que no se demuela el Galpón de la vieja estación Rosario Puerto Belgrano.
Estamos orgullosos de nuestra historia y queremos que la vivan nuestros hijos y nietos para hacer una Bahía Blanca más grande y generosa para todos, por eso proponemos que dicha edificación sea destinada a fines culturales y sociales a través de alguna asociación que quiera hacerse cargo y cuya función principal sea ayudar a sacar chicos de la calle y alejarlos del alcohol y las drogas; o, como por sus dimensiones -500 metros cuadrados- se puede complementar con el establecimiento de un centro fijo de castración y recuperación de animales de la calles que seguramente las entidades proteccionistas colaborarán con sus medios.
Finalmente, un grupo de bahienses de buena cepa, orgullosos de la ciudad que heredamos de nuestros mayores, con sus aciertos y sus errores, les pedimos a la comunidad de Bahía Blanca que nos acompañe en éste reclamo al Intendente Municipal, Doctor Cristian Breitenstein, para que no se demuela el Galpón de la vieja estación Rosario Puerto Belgrano.